10 trucos sencillos para disminuir los gastos en tu hogar

Joelia Dávila Joelia Dávila
Proyecto “Quinta Hunucmá”, PORTO Arquitectura + Diseño de Interiores PORTO Arquitectura + Diseño de Interiores غرفة السفرة
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La idea es que te quede un dinerito extra a final del mes, que puedas ahorrar así sean 100 o 1000 pesos que buena falta hacen en los imprevistos. Normalmente con el paso del tiempo nos adecuamos a los gastos cotidianos de casa: la luz eléctrica, el gas, el servicio de agua potable, los alimentos y el agua, los gastos en prendas, las colegiaturas, la gasolina y algunas escapadas a divertirnos, y cuando surge un aumento por cosas que no cuidamos muchas veces ni nos damos cuenta y sólo sumamos algunos pesos más al gasto mensual, pero a la larga estos gastos son una fuga muy fuerte de dinero, dinero que podríamos ahorrar si tomáramos en cuenta ciertos detalles que se nos van de las manos.

Desde no hacer caso a una fuga de agua hasta dejar que se echen a perder las verduras en el refrigerados, son cosas que nos hacen gastar de más. Por ello, en este libro de ideas te damos 10 consejitos que puedes comenzar a poner en práctica para ahorrar un poco en los gastos cotidianos. Tal vez algunas cosas ya las haces, tal vez otras no se te habían ocurrido, así que toma nota ¡y pon mucha atención!

1. Mantener ventiladas las habitaciones

Este detalle puede parecer sin importancia, pero significa un gran ahorro en varios aspectos, por ejemplo:

1. En primavera o verano, puedes encender los aires acondicionados hasta que llegue la noche y todos se retiren a descansar, y evitar hacerlo durante el día, cuando todos entran y salen. El hecho de mantener una ventilación adecuada ayudará a que las habitaciones no se encuentren sofocadas y el compresor de las máquinas no se forzará de más, logrando con ésto un ahorro en el gasto energético.

2. En un ambiente encerrado se guarda humedad y las bacterias en el ambiente se reproducen, si mantienes una ventilación adecuada el aire del interior estará siempre renovándose y limpiándose, evitando así la proliferación de alergias y virus y la propagación de enfermedades. Esto significa un gran ahorro en gastos médicos.

2. Utiliza la luz natural

¿Qué caso tiene tener las cortinas o persianas cerradas y encender las luces interiores cuando es de día? Mejor abre las ventanas, corre las telas pesadas y aprovecha la luz solar, es la mejor que hay, tus ojos observan mejor, se cansan menos y, además, la luz natural renueva energías y limpia el ambiente.

3. Pasa tiempo en tu patio

Llega el domingo y todos prefieren encerrarse en sus habitaciones, encender sus televisiones, sus aparatos de sonido, sus aires acondicionados, computadoras y demás, generando un alto gasto eléctrico además de evitar la convivencia familiar. Dejen eso atrás, ¡convivan en familia! Aprovechen para apagar todo dispositivo electrónico y todo aparato eléctrico, salgan al patio, hagan una comida familiar en el asador, compartan una pizza, jueguen en el césped, con juegos de mesa, platiquen, rían… El resultado será un ahorro económico y una generación de energía ¡impresionante!

4. Hazle caso a cualquier sonido de agua

Si detectas una gota de agua saliendo del grifo, ya sea en los baños o en el sink de la cocina, o si el depósito del sanitario tarda mucho tiempo en llenarse o incluso nunca termina de hacerlo, cuidado, es señal de una fuga y no debes ignorarla. Aunque parezca algo muy pequeño e inofensivo y pienses ¿qué tanto es una gota?, esa gota multiplicada por miles puede representar un balde entero en un sólo día, aproximadamente 15 litros, lo que al mes te da un total de 450 litros de agua desperdiciados que no sólo tendrás que pagar, sino que representan un desperdicio de un recurso tan valioso y limitado como el agua.

5. Limpia el refrigerador y los hornos

No es sólo por higiene sino por funcionalidad. Un refrigerador repleto de alimentos, de ollas y refractarios, utiliza más energía de la debida. Revisa si todos los alimentos sirven o si ya debes tirar algunos, muchas veces estamos ocupando espacio y gastando electricidad y la mitad de cosas ya son incomibles. Lo mismo con los hornos: procura que no queden restos de comida en las charolas y en la base, pues sólo harás que se quemen, se deterioren y a la larga dejen de funcionar correctamente.

6. Mantén orden en todas las cosas

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No sólo en la cocina, mantener en orden y a la vista las cosas con las que contamos puede hacernos ahorrar mucho dinero, pues de otra forma terminamos comprando cosas a veces muy caras que ya tenemos pero, por descuido, no las encontramos. Organiza tu cocina en alacenas, gabinetes y repisas visibles, en la sala organiza las películas, los libros y deja a la mano los que más utilices.

En el estudio, sobre todo en el área de los niños y adolescentes, ayuda a organizar sus cosas por medio de botes o latas de reuso perfectamente etiquetadas. No sólo dejarás de comprar tantas plumas, lápices, plumones y tijeras cada semana sino que ahorrarás mucho en portalapiceros reutilizando las latas de la cocina.

7. Las frutas y verduras no se refrigeran

Es común que llegando del mercado guardemos en el refrigerador todas las frutas y verduras, sobre todo en las ciudades con clima muy cálido y seco. Pero no es lo ideal. Los vegetales se queman con el frío, deben mantenerse a una temperatura ambiente y utilizarse en los próximos días. Dejar las hierbas o las verduras delicadas en refrigeración hará que se pudran muy rápido y tendremos que volver a comprar muchas cosas. Si no tienes la opción de comprar verduras y frutas frescas cada mañana y necesitas hacer tus compras cada semana o quincena, lo ideal es utilizar fruteros, colocarlos en un lugar fresco y seco y utilizar todo en los siguientes días. Además, teniendo a la vista las frutas se antojan mucho más y ahorrarás también al no tener que comprar botanas, dulces o comida chatarra.

8. Cierra las habitaciones con aire acondicionado

Cuando sea necesario encender los aparatos de aire acondicionado, asegúrate de cerrar bien puertas y ventanas, evita toda fuga de aire, pues con una salida de aire que exista el motor y el compresor trabajarían forzados, gastando hasta el doble de energía.

9. Aísla los muros y techos

Si te es posible, haz una inversión que te servirá para toda la vida y no sólo durante un mes: aísla los muros de tu casa, absolutamente todos, así como la cubierta antes de impermeabilizarla. El aislamiento puede hacerse con piezas de poliestireno, con poliuretano espreado, con fibra de vidrio… acércate a las empresas dedicadas a este ramo en tu localidad, compara precios y arma un buen presupuesto. Será un gasto fuerte pero será una sola vez en la vida y el ahorro se verá reflejado muy rápido.

Si es imposible hacer este trabajo por fuera, porque ya tienes una fachada terminada o los acabados no te lo permiten, puedes hacerlo en el interior, habitación por habitación, colocar hojas de tablaroca sobre las piezas de poliestireno o algún otro material, incluso puedes usar placas de revestimiento especiales para eso y no necesitarás resanar ni pintar encima. Pero recuerda que en este caso el tiempo de retardo del calor ya avanzó mucho al llegar al material aislante, por eso lo ideal es aislar desde fuera.

10. Crea áreas verdes con plantas endémicas

Los jardines son hermosos, ¿a quién no le gustan? Pero a veces nos enfocamos en crear frondosos jardines de vegetación inducida en la región, no endémica, que nos hace gastar mucha más agua de la debida. En el caso de las regiones tropicales no pasa nada, pero en las zonas desérticas es un gran problema pues no sólo se gasta mucho en agua para tratar de mantener en buen estado esas plantas, sino que con la humedad dañamos la estructura de la edificación. Lo ideal es tener jardines con plantas adecuadas a la región, cuyos cuidados sean mínimos sobre todo en agua y en poda. Esto ayudará a que ahorremos en este recurso y, a la larga, en arreglos a la estructura de nuestra vivienda.

Y bien, ¿qué te han parecido estos consejos? Sigue descubriendo trucos y tips con estos 15 diseños de muebles para baño que puede hacer tu carpintero.

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