El término decoración no sólo se limita a hacer de un objeto o lugar algo sumamente atractivo, requiere un análisis preciso de las necesidades y uso.
En el hogar esta noción no cambia, cada sitio de la casa requiere de una adecuación capaz de hacerla lucir bien a la vista, pero también que resulte cómoda para el estilo de vida de quien la habita y, aunado a esto, cubra las necesidades tanto de uso como de aquellas que van de la mano con la zona geográfica, es decir, con el clima y cambios de estaciones; sobre todo durante el periodo de tiempo donde el frío es una constante.
En este punto es en el cual nos vamos a concentrar hoy, ya que veremos cómo se debe decorar una sala para que cumpla con su función, que es generar una convivencia familiar y social los 365 días del año sin que se padezca de calor intenso o frío extremo.
El primer paso para decorar una sala de manera bella y eficaz es tener presente su origen, es decir, cuáles son sus características inherentes.
En general, la decoración de la sala se basa en la comodidad, pero cuando las temperaturas tocan los linderos de lo extremo, como ocurre en muchos estados de la República Mexicana, el confort no lo es todo.
Una sala durante esa temporada del año requiere, principalmente:
Los textiles son uno de los mejores recursos a los que se puede recurrir cuando se está en búsqueda de mayor acogimiento en la sala. Algunos tipos de telas predilectos durante esta temporada son:
Terciopelo:
La textura del terciopelo es la que la ha llevado a posicionarse como una de las telas más elegantes al vestir y decorar, pero también la hace sobresalir como un textil cálido, que retiene el calor y abriga de una manera suave y delicada.
Lana:
Esta tela es perfecta al momento de regular la temperatura en temporada de frío, ya que permite acumular calor; sin embargo, no se recomienda usar en contacto directo con la piel ya que puede provocar irritación y comezón; pero en mantas para siesta o cojines puede funcionar muy bien.
Lino:
La fundas de sillones hechas con este tejido son muy útiles, ya que absorbe la humedad de la piel con facilidad; además que impide la proliferación de bacterias y malos olores.
Los detalles decorativos, como lo mencionamos en un punto anterior, requieren ir acorde con el clima. Por ejemplo, en esta época la naturaleza muerta va mejor que flores naturales y coloridas (además éstas últimas son cada vez más difíciles de conseguir). Otro ejemplo son las velas y la luz amarilla que resultan ser más acordes que luz LED o focos de luz blanca.
Ahora bien, en cuanto a la calidez que se puede expresar desde los sillones (pieza clave de una sala de estar) tenemos unos grandes aliados en mente:
Cojines
Un elemento decorativo que luce muy bien y se adecúa perfecto a la sala es el cojín, ya sea una, dos, incluso muchas piezas. Su versatilidad radica en la infinidad de telas que se pueden usar para crear su funda y en los múltiples colores de los que puede teñirse; pues son los éstos los que pueden culminar con el toque de color necesario para derrochar máxima calidez en la sala.
¿Cómo iluminar la sala en temporada de invierno?
La iluminación de una sala debe buscar ser lo más natural posible durante todo el año, además de permitirse tener una buena luz en todos sus rincones. Sin embargo, cuando llega el invierno, aunque ese concepto de iluminación no varía, se deben buscar alternativas para aprovechar la luz del día y, en cuanto se haga de noche, permitir que las lámparas sean las grandes protagonistas, sin exceso de ningún tipo para que el gasto de luz eléctrica no se eleve tanto.
La razón de usar lo menos posible las lámparas se debe a que con la llegada del invierno los días se vuelven más cortos mientras que las noches se tornan más largas.
Ahora bien, eso no quiere decir que las lámparas se expulsen de la sala durante el invierno, o que su uso y diseño sea discreto, al contrario, la personalidad de una lámpara puede ser clave en una decoración; lo que hay que cuidar es que el uso no sea intenso, que las fuentes de luz sean lo más ecológicas posibles y buscar alternativas como focos ahorradores, velas, o lámparas de pocos whats.
En la decoración de las salas, los sofás, las sillas, el video-mueble y las mesas consiguen que el ambiente parezca relajado pero también son los muebles clave para denotar calidez.
Para que dicho fin se cumpla cada mueble debe de ayudar a contrarrestar el frío del ambiente. Con esto no nos referimos a que cada invierno se tenga que cambiar todo el mobiliario; pero se le puede dotar de calor visual con cubre sillones, manteles para las mesas, piezas de madera encima, etcétera. Además, en invierno se permite una saturación controlada y inteligente de elementos, es decir, mientras más llena esté la sala mayor sensación de acogimiento transmitirá.
Como lo mencionamos en le punto anterior, cuando la temporada de frío se hace presente lo que menos se quiere es perder calor dentro del hogar, y un punto clave para eso es eliminar que la calidez se escape por el suelo.Por ello, durante el invierno apuesta por las alfombras, sobre todo de lana y de pelo largo. Con este tipo de textil cubriendo el piso la sala se aislará mejor del frío (e incluso del ruido).
Como la teoría del color lo sustenta, existe colores fríos y otros cálidos, los segundo son los que deben prevalecer durante época de frío en la sala. Sin embargo, existe otro dato importante para generar calidez en la sala de estar durante el invierno: cuanto más oscuros sean los colores, más calor absorberán.
Verde:
Los tonos de verde captan menor cantidad de calor pero aún así generan una sensación térmica elevada importante.
Con estos dos colores, que no son las típicas tonalidades cálidas, llegamos al final de este libro de ideas. Esperamos que la información te sea útil y no padezcas de frío durante el fin del otoño y todo lo que conllevará el periodo de invierno.
Gris:
Los matices oscuros de gris pueden captar hasta un 90% del calor que reciben; así que no lo dudes y colócalos en un sillón, algunos cojines o una pared, que ese tipo de intensidad elevará la sensación térmica en la sala.
Existen estilos decorativos que requieren un mayor apoyo de los aspectos que ya hemos mencionado (iluminación, mobiliario, piezas decorativas); pero también existen estilos que en su esencia traen incorporada la calidez, y eso los hace más adecuados para climas fríos. A continuación un ejemplo de esto que te comentamos.
Salas rústicas
El estilo rústico tiene como esencia la tranquilidad y la armonía con la naturaleza; cualidades que lo hacen acercarse a materiales, colores y texturas cálidas. Aunado a ello, sus elementos confirman esa preferencia por ambientes acogedores: los muebles suelen ser de madera, las fibras usadas son naturales, los techos dejan ver sus vigas, las paredes tiene como materia prima la piedra o el ladrillo; y la lista podría seguir en este sentido.