Si te encuentras considerando alternativas para darle un nuevo aspecto a las paredes de tu oficina u hogar, ¿ya habías pensado en el revestimiento con madera MDF?
Si estás buscando una solución original y versátil para el revestimiento de las paredes de tu hogar, los paneles decorativos en madera o productos que derivan de ella pueden ser la solución que estabas buscando. Al ser fáciles de incorporar a todo tipo de proyectos, es posible crear un ambiente clásico o bien innovar entre la gran cantidad de posibilidades que ofrecen a la hora de decorar una casa u oficina. En este artículo, te contaremos todo lo que debes saber sobre esta alternativa que te permitirá lograr diseños exclusivos y con muchísimo estilo.
MDF (del inglés medium density fibreboard), quiere decir tablero de fibras de densidad media. Estos tableros están confeccionados en un 85% a partir de fibras de maderas y otras resinas sintéticas comprimidas, lo que hace que cuenten con mayor densidad que los aglomerados tradicionales. Aunque muchas veces se la conoce como madera MDF o madera prensada, esto en realidad no sería del todo correcto porque no se trata de madera sino de un producto derivado de ella.
La madera MDF es de un color uniforme y a diferencia de la madera real no presenta vetas, lo cual hace que el trabajo con este tipo de materiales sea más sencillo.
Además, en su fabricación se le pueden añadir ciertos productos químicas para sumarle características complementarias como que sean capaces de repeler agua y humedad o evitar la aparición de moho y hongos.
La densidad media de este material se sitúa entre 500 y 800 kg/m3. Si fuera mayor, estaríamos en presencia de panel decorativo de alta densidad, o de baja densidad si fuera menor a este rango. Básicamente, la densidad nos permitirá definir qué es exactamente MDF y qué no.
Tradicionalmente, la madera MDF es muy empleada en la fabricación de muebles por la facilidad que implica trabajar con ella. Es fácil de cortar y no produce astillas. Además, es posible que pueda evitarse la utilización de tornillos o clavos, ya que los pegamentos para madera suelen ser muy efectivos sobre este tipo de material. Además, se lo suele utilizar en conjunto con molduras de madera maciza, utilizando el MDF para áreas planas y lisas, con molduras fijadas para darle un acabado más realista.
Además de ser una superficie ideal para pintar sobre ella como mencionamos anteriormente, también son una excelente opción para el revestimiento de paredes ya que la colocación de fragmentos lisos y de gran extensión es sencilla, además de ofrecer características adicionales muy valoradas para este función como un gran aislamiento térmico y acústico.
El mantenimiento de este material empleado para revestimiento de paredes no es complejo, pero al tratarse de un derivado de la madera requerirá algunos cuidados lógicos.
Para los revestimientos laminados no será necesario ni recomendable mucho más que una limpieza frecuente con un trapo húmedo. Los productos de limpieza abrasivos y el agua excesiva son innecesarios para la melamina y además podrían dañarla, por lo que no son recomendables en absoluto.
Aunque no sufran un desgaste como el que podría recibir un piso de madera, es posible que cada cierto tiempo haya que renovar el acabado con unas capas de barniz o pintura. De todas formas, dependerá mucho de factores como la exposición al sol u otros elementos y la calidad del producto por el que se haya optado.
Los paneles de MDF y los aglomerados cuentan con prácticamente los mismos usos, por lo cual habrá que tener en cuenta una serie de consideraciones a la hora de elegir cuál será la mejor opción para el uso que pretenda hacerse de cada tipo de material.
Aunque este punto varía notablemente según cada fabricante, por lo general es posible decir que la madera MDF tiene mucha más resistencia a la flexión que el aglomerado.
Ninguno de los dos materiales se caracterizan por ser especialmente resistentes a la humedad, ni recomendables para ambientes húmedos. Aún así, es más habitual hallar MDF con agregados hidrófugos que un aglomerado con estas características.
Tanto en el caso del MDF como del aglomerado su peso está íntimamente vinculado con su densidad. Si bien hay diferencias según cada fabricante, el MDF se caracteriza por ser más denso, y por lo tanto más pesado en general. En cuanto a la aplicación de acabados, el MDF es un material de superficie lisa, lo cual lo convierte en una opción muy ventajosa. El aglomerado en cambio se caracteriza por ser más rugoso, y aunque se lo lije no ofrece la misma prestancia. Es por esta razón que si tenemos pensado pintar o barnizar, la mejor opción será el MDF.
¿Ya conocías la cantidad de opciones que los paneles de madera MDF pueden brindarte para el revestimiento de tus paredes?