¿Qué color debemos escoger para pintar un salón con poco espacio? La respuesta más obvia, el blanco, ¿verdad?. Sin embargo, a pesar de que el blanco agranda los espacios, no aportará al salón mucho más que luz.
Si además de agrandar el espacio queremos otorgar personalidad a un salón, la selección del color de las pareces es un pilar básico. La psicología del color es el estudio que analiza cómo afectan los colores a la percepción humana. El estudio del color es algo a lo que hace unos años apenas se daba importancia. Sin embargo, desde hace un tiempo en disciplinas como la decoración se tiene muy en cuenta.
¿Quieres descubrir de qué color debes pintar tu salón para conseguir uno u otro efecto? No dejes de leer este artículo con 10 recomendaciones para sacar el mayor partido a un salón pequeño.
El azul es el color mejor valorado por las personas, su uso afecta de manera muy positiva el estado de ánimo pero ¿marino?. Sí, sabemos que los colores oscuros tienden a encoger el espacio, sin embargo, el truco es la selección del resto de los elementos. Opta por muebles en tonos blancos o neutros y decora la estancia con un estilo limpio de formas rectas. Si sigues estos consejos el resultado te sorprenderá.
En nuestro segundo ejemplo seguimos apostando por el azul, esta vez con un poco de verde que aportará sensación de frescura y naturalidad. En esta ocasión no nos apoyaremos en el mobiliario para agrandar el espacio, sino en la combinación de diferentes tonos. Es un truco muy efectivo, emplear diferentes tonos en las paredes, en nuestro caso azul turquesa y verde turquesa, para ampliar el espacio.
Los colores cálidos como el rojo tienden a activar las estancias donde son empleados, es decir, las llenan de energía. Hay que tener cuidado si queremos emplear un rojo en una estancia como el salón, se corre el riesgo de pecar de vivos. Si se opta por el rojo, lo mejor es seleccionar tonos cereza o burdeos y limitar su energía con la combinación de tonos neutros como el blanco.
El empleo de texturas, al igual que la mezcla de colores, es un truco excelente para crear sensación de más espacio. Un buen recurso es el papel pintado que imita la madera, este, además de agrandar el espacio, otorga a la estancia el toque de calidez propio de la madera. Para no saturar el ambiente lo mejor es optar por colores neutros en el resto de las paredes.
Al principio del artículo se comentaba que el blanco es una apuesta segura para maximizar el espacio de una estancia pequeña. Sin embargo, como se explicaba, el blanco puede llegar a ser algo aburrido. Para darle un punto de vida, un recurso muy sencillo y efectivo es decorar las paredes con cuadros o vinilos. Este recurso permitirá aprovechar toda la luz que ofrece una pared blanca sin que la estancia quede sosa.
Otra opción para aprovechar el blanco es pintar una de las paredes en un tono neutro como el gris o el beige. Además se puede conseguir una estancia limpia y equilibrada si el mobiliario sigue estos colores. Para no resultar excesivamente sobria, se pueden incluir notas de color con elementos como lámparas o cojines.
El verde es un tono que, además de dar amplitud y luz a la estancia, otorgará naturalidad a la misma. En el caso del verde lima, la sensación de naturalidad es especialmente significativa. El verde lima se caracteriza por tener amarillo en su composición, así que recomendamos que su uso sea limitado, es decir, quizá sólo en una de las paredes. Si toda la estancia se pinta en este color la energía será demasiada y puede terminar provocando rechazo.
Si buscas rentabilizar al máximo el espacio, apuesta por el blanco más puro. No emplees solo este tono en las paredes, sino en toda la estancia. Paredes, mobiliario, cortinas,… deja que la limpieza y la pureza del color lo inunde todo. Un salón de apenas 15 metros cuadrados se convertirá en una gran estancia radiantes y llena de luz. ¿te atreves con ello?
Otra buena forma de conseguir que la estancia brille es apostar por un juego de tonos neutros y con un elemento de color. En el ejemplo, se apuesta por un mobiliario de tonos beiges y paredes de idéntico color. La apertura del espacio se consigue focalizando la atención en un punto concreto, en este caso, en una pared de color vino. La ventaja de esto es que la nota de color puede ser la que más nos guste azul, rojo, amarillo… Lo que se busca es el toque disruptivo del color en un entorno neutro.
Los colores pastel en las paredes otorgan un efecto similar al de los colores neutro, con la ventaja de poder utilizar las propiedades de estos, por ejemplo, un azul para aumentar la positividad que transmite la estancia. Su uso tiene un efecto relajante, característica que los hace ideales en estancias como el salón.
Ya has visto que puedes encontrar muchos colores para la pintura de pared. Hay ciertos colores de moda para pintar el salón, como los blancos, los grises, o los tonos más neutros. Quizá los colores más fuertes se quedan para los más atrevidos. Generalmente, arriesgamos poco en el salón, ya que tenemos la idea (equivocada muchas veces) de que por ser un color más intenso, acabaremos cansándonos antes. A parte de la pintura para salón, te proponemos también una idea diferente: utiliza un revestimiento de madera para una de las paredes principales. Te sentirás más acogido/a en este espacio tan importante de la casa, y podrás darle un toque de color en los muebles, como los sillones.
Antes de abordar la cuestión del color que vamos a emplear en las paredes del salón, es importante saber qué vamos a pintar. En ocasiones, muchos salones tienen molduras, tanto en techos como en paredes, y es importante que decidamos si se van a pintar o no. Pueden dar contraste si las pintamos en diferentes colores, o pueden dar textura en caso de que lo pintemos del mismo color. Otra idea interesante es pintar los muebles del salón del mismo color que la pared, para unificar criterios y conseguir armonizar el espacio. Puedes dar el toque rompedor con los muebles tapizados, alfombras o con la iluminación. No dudes en dejar el proyecto en manos de expertos, como los diseñadores y decoradores de interiores.
Podríamos hacer una lista en la que indiquemos qué colores son los mejores para las paredes de tu salón, pero lo cierto es que no hay un color mejor o peor. Siempre es importante tener en cuenta el estilo que hay integrado, la sensación que se quiere dar y depende del espacio total del que disponemos. Está claro que si tenemos un salón pequeño, no vamos a pintarlo de un color oscuro que acentúe aún más la sensación de poco espacio. Debemos saber qué es lo que queremos potenciar, y en función de eso, elegiremos el color adecuado. Pero si tenemos que decantarnos por uno, los colores neutros son los más empleados, ya que podemos dar la nota de color en los muebles y accesorios, como en el salón de la imagen.
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