¿Qué cubiertas de cocinas conviene colocar?

Mariana Belisario Blaksley Mariana Belisario Blaksley
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Todos los diseñadores de cocinas coinciden en esto: la elección equivocada de cubierta, puede amargarnos bastante le vida. Entonces, ¿hay alguna cubierta que sea en todo sentido superior a las demás? No, no existe tal producto, lo que sí hay es una cubierta especial para cada quien, que se adapte en la mayor medida a las necesidades y hábitos, circunstancias y hasta presupuesto de cada uno. 

No hay nada que hacer. Una cocina sin cubiertas o sin las cubiertas adecuadas no se ve terminada. Por otro lado, las superficies de trabajo en un espacio tan demandante y multifuncional como la cocina, requieren de resistencia en más de un sentido, así que si pensábamos recortar gastos, que definitivamente no sea en este ítem tan importante.

Por otro lado, las cubiertas de cocinas son una oportunidad para manifestar inequívocamente un reflejo del estilo y la personalidad que queremos que este espacio transmita. Las opciones son muchísimas y es aquí donde la elección se puede complicar, pero vale la pena investigar mucho, conocer la mayor cantidad de propuestas, consultar con los profesionales y finalmente decidir con un criterio y juicios bien formados. 

Como pasa siempre con el diseño de interiores y con la vida misma, los antiguos griegos con su sabiduría nos dan un gran consejo: conócete a ti mismo o gnóthi seautón y partiendo de este conocimiento se toman mejores decisiones. Entonces, ¿cocinamos comidas complicadas y con frecuencia? ¿Hay niños en casa? ¿Organizamos reuniones en casa con frecuencia? ¿Vivimos solos y lo máximo que sabemos hacer es una ensalada? En la cocina, el nivel de uso es vital para elegir la cubierta ideal para nosotros.

Luego, volviendo al tema decorativo, ¿cuál es nuestro estilo favorito? ¿Nos gusta la estética escandinava o somos más industriales?¿Nos gustan las cocinas rústicas? En ese orden de ideas, podremos ir definiendo el material y color de las cubiertas, basados más que nada en nuestros gustos personales. 

Por último hablemos de la variable más antipática: el presupuesto. Las cubiertas de cocina varían en precio, pero se suelen llevar una buena tajada de ese dinero que separamos para diseñar o renovar la cocina. Por otro lado si estamos realmente súper aburridos de la cocina y no contamos con plata suficiente para una renovación integral, el cambio de cubiertas hará maravillas en este sentido, sin necesidad de meternos en honduras con un proyecto más a fondo. 

Conozcamos entonces las opciones más populares en Chile porque la cubierta perfecta para nosotros y nuestra cocina existe y es sólo cuestión de encontrarla. 

Tipos de cubiertas

Existen cubiertas de muchos tipos y materiales. Tenemos cubiertas de mármol, granito o cuarzo si nos gusta esa cualidad mineral que estas piedras transmiten tan fácilmente, están las de madera o laminadas, más delicadas, las de acero inoxidable, bien industriales, las de gres o silestone u otros compuestos más modernos, las de cemento alisado o incluso las de azulejos cerámicos para los más nostálgicos. Cada una de ellas varían en precio y resistencia, así que es mejor conocer algunas de las más populares a profundidad y tener en cuenta cómo es el mantenimiento de un elemento tan expuesto. 

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¿Cómo limpiar las cubiertas de la cocina?

Dependiendo de cada material, las cubiertas de cocina deberán limpiarse con diferentes productos. Como es muy común que se manchen con comida o se salpiquen con líquidos que manchan, es importante lavar este tipo de accidentes en el momento que ocurren. Una solución universal es la de usar vinagre de alcohol, un producto natural, que no es tóxico y no arruinará ningún material. Además es antiséptico y antibacterial. En todo caso y si queremos aplicar un producto más fuerte, podemos probar con agua y un chorrito del jabón que usamos para lavar los platos, ya que al fin y al cabo, combate las manchas causadas por los restos de comida. En el caso de cubiertas con características muy específicas, como la madera, podemos apostar por aerosoles especiales para este material. 

Cubiertas de granito

En las cocinas con diseños más tradicionales, la elección de la cubierta de granito siempre va a tono. Existen una buena cantidad de opciones en términos de vetas, textura y colores y son híper resistentes a impactos, altas temperaturas y salpicaduras de todo tipo, ya que es un material muy poco poroso. En términos de mantenimiento, una limpieza ligera es suficiente, no dan ningún trabajo. Ideales para aquellos que cocinen mucho y con frecuencia. Parece la cubierta perfecta para cualquiera pero hay que tener en cuenta dos cosas: no son baratas y por su gran dureza, son el verdugo de la vajilla y la cristalería, ya que al más mínimo toque de un plato o vaso con esta superficie, lo más seguro es que estas piezas se rompan en mil pedazos. 

Cubiertas de cuarzo

Poco porosas, incluso menos que las de granito, las cubiertas de cuarzo tienen muchos puntos a favor. Funcionan literalmente con cualquier estilo de cocina, difícilmente se manchan o rayan. Por otro lado, no son demasiado resistentes al calor, así que podemos olvidarnos de apoyar sobre ellas sartenes o platos demasiado calientes. Los químicos casi con seguridad pueden dañarlas, así que para limpiarlas es mejor optar por los productos menos abrasivos del mercado. Son, eso sí, más baratas que las de mármol e incluso las de granito. 

Cubierta de mármol

Muy, pero que muy delicadas, las cubiertas de mármol requieren más mantenimiento y cuidados que las otras piedras. El mármol es muy poroso, así que si se vuelca sobre esta cubierta una copa de vino tinto o un café negro hay que limpiarlas ¡en el acto! o las manchas no saldrán jamás. Hemos sido avisados. Eso sí, compensan el alto nivel de mantenimiento que necesitan con ese toque señorial y regio que transmiten en cualquier espacio y por otro lado, son bastante resistentes al calor, no así a los golpes y arañazos. Claro que la elegancia por lo general cuesta más y las cubiertas de mármol casi siempre son las más caras del mercado. 

Cubierta de madera

Las cubiertas de madera son el último grito y no se puede negar que se ven fabulosas. Ahora, en casas con niños, o chefs y cocineros aficionados, definitivamente no son la mejor elección. La madera, a menos que sea muy maciza y nos guste en su presentación más rústica, con todo y rayones, manchas y espacios desteñidos, es realmente de lo más delicado que hay. Se manchan, se queman, se rayan, se salpican y se pudren si están expuestas a demasiada humedad. Los tratamientos como barnizados y encerados ayudan, pero hay que hacerlos con regularidad. Esta es una opción para los más cuidadosos y la verdad es que le aportan mucha calidez y encanto a la cocina, además de ser económicas si elegimos las variedades más baratas, como bambú o pino. Otra virtud es que al ser más blanda, las piezas rompibles que utilizamos en la cocina estarán más seguras. 

Cocinas modernas

Las cocinas modernas evolucionaron mucho en los últimos años, hasta el punto en el que ya deberíamos hablar de cocinas contemporáneas. A las líneas puras y las formas geométricas se le han sumado algunos adelantos de la ciencia, como cubiertas fabricadas de vidrios templados o materiales que incorporan resinas plásticas y otros componentes de última generación. Estas cubiertas son bastante costosas, aunque suelen ser más resistentes que cualquier otra variedad. 

Cubiertas blancas

Las cubiertas blancas en la cocina le aportan ese aire luminoso e inmaculado que tanto nos gusta. Ahora, tengamos en cuenta que en una cubierta blanca una pequeña mota de polvo es un mundo, así que hay que estar conscientes del nivel de limpieza y mantenimiento que requieren. 

Cubiertas negras

Las cubiertas negras tienen una elegancia vanguardista muy atractiva, especialmente cuando la paleta de la cocina es blanca y negra. Las cubiertas de este color rara vez se ven sucias, hasta que llega la hora de amasar y es ahí cuando ingredientes como harina, azucar, leche o cualquier otro aditivo de color claro, resaltan a más no poder. No es la mejor elección para aquellas personas que proclaman a los cuatro vientos que les gusta hacer el pan en casa o que aprendieron de la abuela italiana cómo hacer pastas caseras. 

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